ENTRE LA CERTEZA Y LA INCERTIDUMBRE, EL ROL DE LA
SOCIEDAD CIVIL EN EL POSCONFLICTO,
Herson
Yamid Bejarano Sanchez
Escuela
Superior de Administración Pública
Maestría en
Derechos Humanos, Gestión de la Transición y Posconflicto
Popayán-Cauca
2017
Resumen
Es un secreto a voces que el Acuerdo de Paz
con las FARC-EP se desarrolla en un contexto de profunda polarización social, política
y de inestabilidad económica, de cambios en la política internacional de
algunos de los países y aliados que vienen acompañando el proceso, como es el
caso de los EEUU y de la Unión Europea. Sin embargo el tema en el que se quiere
profundizar en este breve documento tiene el objetivo de aportar elementos para
el análisis y la reflexión que permitan identificar cual es el rol actual de la
Sociedad Civil de cara al Posconflicto y a su vez de manera prospectiva,
arriesgarse a proponer algunos escenarios posibles de lo que puede ser el rol
de esta, en un futuro inmediato, esperando que pueda despertar algunas
inquietudes, motivando e invitando a otros actores del mundo social y académico
a profundizar en este aspecto, ya que en consideración personal del autor “la sociedad civil en el
proceso de paz no ha sido debidamente dimensionada en su conjunto, ha
sido subvalorada y se subestima como un actor determinante para que el
postconflicto pueda desarrollar sus fases de manera exitosa”.
Palabras clave: Proceso de paz, Posconflicto,
Pos acuerdo, Transición, Sociedad Civil
1.
Introducción
Es importante no dejar de lado el momento
histórico que vive nuestro país en relación con los acuerdos de Paz, en donde
coinciden no solo las voluntades políticas de orden nacional e internacional,
sino también una decidida acción por parte de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia FARC-EP por llegar a un acuerdo de finalización del
conflicto armado, sostenido por más de 50 años desde la creación de esta
guerrilla
Sin embargo es importante tener en cuenta que
el Acuerdo de Paz con las FARC-EP se desarrolla en un contexto de profunda
polarización social, política y de inestabilidad económica, de cambios en la
política internacional de algunos de los países y aliados que vienen
acompañando el proceso, como es el caso de los EEUU y de la Unión Europea.
Por lo anterior este documento insiste en la
necesidad de analizar y reflexionar desde diferentes ámbitos como el político, el
social y el económico, el rol actual de la Sociedad Civil de cara al
Posconflicto y a su vez de manera prospectiva, arriesgarse a proponer algunos
escenarios posibles de lo que puede ser el rol de esta, en un futuro inmediato.
De esta manera analizaremos en la
bibliografía, algunos textos y conceptos
así como traeremos a colación diferentes hechos que se identifican como
relevantes para entender e interpretar a la sociedad civil en el contexto del
proceso de paz y por otra parte se pondrán en consideración algunos escenarios
posibles que en prospectiva pueden brindar salidas y respuestas a grandes
interrogantes que se han suscitado a lo largo del proceso.
Espero entonces que con esta reflexión se
logre detonar diferentes miradas que sin duda alguna deben contribuir a ubicar
nuestro rol desde la academia para encontrar salidas a los diferentes
conflictos que implican la transición en el Posconflicto y la construcción de Paz
en Colombia.
2. Repensar
la Sociedad Civil
Para adentrarnos en el mundo conceptual que
conecta la sociedad civil con el posconflicto es fundamental que como académicos partamos no solo de
conceptos teóricos clásicos convencionales, sino también de construcciones
históricas y hermenéuticas que contribuyan a dimensionar el contexto que se
quiere interpretar, de esta manera Adela Cortina en su libro “Diez palabras clave en Filosofía Política”, interpreta que, “La sociedad civil, es el sustrato de un
espacio público que es creado comunicativamente en el diálogo de quienes
defienden intereses universalizables [1]”(A
Cortina 1998). En perspectiva de posconflicto el concepto de Cortina nos
permite interpretar las “Paz” como un “interés
universalizable” toda vez que la sociedad civil siempre la ha tenido en su
agenda de dialogo como un tema primordial y en innumerables ocasiones ha sido
objeto de demanda social, en muchas de las ocasiones la academia a estado de
espaldas a las realidades sociales.
Por otro lado el
pensamiento de “Habermas sobre la sociedad
civil” propone dos componentes principales: el primero está asociado al “conjunto de instituciones que definen y
defienden los derechos individuales, políticos y sociales de los ciudadanos y
que propician su libre asociación, la posibilidad de defenderse de la acción
estratégica del poder y del mercado y la viabilidad de la intervención
ciudadana en la operación misma del sistema”; el segundo; define al “conjunto
de movimientos sociales que continuamente plantean nuevos principios y valores,
nuevas demandas sociales, así como vigilar la aplicación efectiva de los
derechos ya otorgados.”
De esta manera
habermas aporta una visión institucional y una de movimiento social como un
conjunto de elementos constitutivos de la sociedad civil contemporánea que
permiten fortalecer la acción política, los derechos y la profundización de la Democracia
en los Estados “Democráticos” este equilibrio es quizás uno de los vacíos
fundamentales que amenaza al posconflicto en Colombia para avanzar en la
consolidación de un proceso de paz, toda vez que en la medida en que el Estado establezca
un dialogo de reconocimiento con la sociedad civil en su expresión amplia y
suficiente estará refundando los pilares de una verdadera Paz estable y
duradera, ya que una sociedad civil fortalecida y autónoma no será objeto de
manipulación y politización por parte de detractores del proceso de paz.
Por otra parte Víctor Pérez-Díaz[2],
expone dos sentidos de la sociedad civil, uno amplio y otro restringido,
diferenciando uno del otro como (sociedad civil uno y sociedad civil dos) a
través de los cuales dimensiona diferentes ámbitos de interpretación
“Sociedad civil sensu lato (“sociedad
civil uno”) denota un entramado de instituciones sociopolíticas que incluye: un
gobierno (o estado) limitado, que opera bajo el imperio de la ley; un conjunto
de instituciones sociales tales como mercados (u otros órdenes espontáneos
extensos) y asociaciones basadas en acuerdos voluntarios entre agentes
autónomos, y (“sociedad civil dos”) una esfera pública, en la que estos agentes
debaten entre sí, y con el estado, acerca de asuntos de interés público, y se
comprometen en actividades públicas[3]”.
“Dentro de la sociedad civil en
sentido amplio (“sociedad civil uno”), hay una importantísima línea divisoria
entre el estado y los ciudadanos. Esta línea divisoria ofrece un punto de
partida para el desarrollo de un segundo concepto de sociedad civil en sentido
restringido (“sociedad civil dos”), la cual se reduce a las instituciones
sociales, tales como mercados y asociaciones, y a la esfera pública, excluyendo
las instituciones estatales. En oposición a éstas últimas, aquéllas son áreas
de vida social generalmente consideradas fuera del control directo por parte
del Estado[4]”.
Los aportes de Pérez Díaz en síntesis son quizás un determinante, un
marco que establece no solo la línea
divisoria sino también los puntos de encuentro en lo que entraremos a llamar la
esfera pública estatal y la esfera pública no estatal, ubicando claramente el
rol de la sociedad civil, las fuerzas del mercado y la fuerzas políticas; de esta manera nos brinda un amplio margen de
análisis de actores y de fenómenos fundamentales para comprender no solo los
hechos que han marcado el conflicto, sino también lo que han sido los Acuerdo
de Paz con las Guerrillas incluyendo las FARC-EP y el proceso de Posconflicto
que se está viviendo no solo en la actualidad, sino como hecho histórico, aun
no escrito para la memoria, porque en muchos de los casos por no decir en todos
a carecido de coherencia discursiva y ha sido el poder el que ha escrito por el
duelo, es quizás esta pluralidad discursiva la que cuestiona habermas en sus
teoría de la Acción Comunicativa, la falta de “Racionalidad” entendida como:
“Un concepto a partir del cual se
alude en forma directa a acciones de personas de las cuales puede llegar a
esperarse la capacidad para el cumplimiento de reglas en referencia a una
lógica económica, estatal y/o jurídica y que establecen los medios más
adecuados de acción una vez decidido un objetivo preciso[5]”
Lo anterior no debe pasar desapercibido ya que debe ser
tenido en cuenta como una pista de aterrizaje, una de tantas, en la que se
pueda comprender el lugar de la sociedad civil en relación con el posconflicto
y este último entendido como un proceso propio de la transición, un proceso aun
no entendido, muy hablado y poco discutido, teniendo en cuenta a Jesús Antonio Bejarano
(1999), (el Pazologo) QPD, en el preámbulo del libro “Crimen e Impunidad,
precisiones sobre la Violencia” de Mauricio Rubio, (1999)
“Será preciso admitir
que pese a la abrumadora realidad cotidiana nutrida de hechos de violencia de
todo orden, lo cierto es que entendemos poco de esa violencia y lo poco que
entendemos no lo entendemos bien. Una parte de las razones de nuestra limitada
comprensión está en la desorientación de las ciencias sociales según la forma
como se practican en Colombia. La sociología, la economía, las ciencias
políticas, parecieran a menudo dar rodeos para evitar enfrentar explicaciones
rigurosas de estos fenómenos, cuando no es que asumen de manera acrítica como
verdades bien sabidas, afirmaciones que hacen carrera, sin mayor sustento
empírico y que se apoyan las más de las veces en una mala lectura de cifras[6]” .
3.
Ideas
para el Posconflicto
En relación con el posconflicto lo primero que
se debe entender es que es una construcción, que tiene altos y bajos, que no es
una etapa que se instala de facto y que no puede ser medida de la misma forma
en todos los contextos y los territorios,
Entender el posconflicto implica de manera
irrenunciable conocer los fenómenos históricos, sociales, políticos, económicos
y culturales entre otros, que han caracterizado el conflicto en Colombia, ya que no es la primera vez que se ha
intentado hacer la paz y no es la primera vez que vallamos a entrar en una
etapa de posconflicto, sino entender que hay conflictos que se han resulto y
otros aun latentes, teniendo en cuenta además las variaciones de cómo se
presentan estos fenómenos en diferentes territorios, incluyendo el escenario
internacional un ámbito obligado a analizar si se quiere tener una visión ecléctica de la realidad.
Otra apreciación o interrogante que es
importante tener en cuenta al hablar del posconflicto es definir muy bien de
qué conflicto o conflictos se está hablando y si obedecen a un contexto
definido en tiempo y espacio, de esta manera se podrá definir qué elementos del entorno,
que intereses sociales, económicos, políticos y culturales están relacionados de manera directa e
indirecta o que quizás no tienen relación con el conflicto y que afectarían o
dispersarían las posibilidades de construcción de una etapa de posconflicto y
su posterior materialización.
Por ultimo no hay que perder de vista que la
historia que nos muestra la literatura y la sistematización no siempre presenta
una mirada objetiva de la realidad, hay relaciones de poder que no permiten que
la verdad sea dicha y hay escuelas de pensamiento al servicio de intereses
particulares que no necesariamente representan la razón como bien público.
Hoy por hoy después de analizar la
bibliografía asociada al “Estado de la investigación sobre conflicto,
posconflicto, reconciliación y papel de la Sociedad Civil en Colombia (R Guerra
y JJ Plata, 2004) ” podemos decir que lo
que más nos hace falta a los colombianos es asumir un rol y un papel de cara al
posconflicto.
4.
Hechos para pensar
En el ámbito político podemos analizar los
resultados del plebiscito de refrendación de los Acuerdos de Paz entre el
Gobierno Nacional y las FARC el pasado 2 de octubre de 2016, que dejan ver una
percepción fragmentada y polarizada de la sociedad aproximadamente entre un
49.78% por el SI y un 50.21% por el NO, que en total suman 13´066.047 personas
que votaron de 34´899.945 persona habilitadas
para votar, lo que equivale a que solo votaron el 37.43% y se abstuvo
cerca del 62.57% de la población lo cual deja serios interrogantes acerca de si
los ciudadanos tienen claridad de su rol en relación con el posconflicto.
Algunas respuestas hablan de la falta de
pedagogía, otras de desinformación, otras más de manipulación, de campañas
desleales entre otros aspectos, lo que en definitiva nos invita a pensar en que
“no se puede desestimar el rol de la
ciudadanía en cualquier decisión política, sobre todo si se pretende que esta,
tenga un rol determinante en el futuro del proceso de Paz”[7].
Lo
anterior nos lleva a pensar en dos
grandes fracasos, uno asociado a las estructuras políticas y otro es el de la
academia y la universidad quienes son responsables de producir el pensamiento
crítico en la sociedad
Sin
embargo una respuesta para interpretar estos fenómenos puede estar en el
concepto de Peter Mair en su libro póstumo “Gobernar en el vacío”.
“La
idea general es que en las democracias occidentales la participación electoral
está en caída libre, igual que la afiliación a los partidos o sindicatos. Esto
es el síntoma de una inevitable erosión de todo tejido de solidaridad grupal,
una inevitable crisis de los cuerpos intermedios. Estaríamos avanzando hacia
unas élites políticas cada vez más profesionalizadas las cuales quedan siempre
al albur de un votante cada vez más caprichoso y alejado de este sistema[8]”
Y es quizás
la academia uno de esos votantes caprichosos y alejado del sistema si
interpretamos a Rafael Gutiérrez Girardot en su libro la encrucijada
universitaria en donde expresa “La universidad aparece entonces como una
institución mágica, bastante desligada de la sociedad, inalcanzable para el
pueblo”[9].
Por otra parte Tocqueville nos advertía
que uno de los grandes riesgos para una
democracia débil seria “la tiranía de la mayoría”
“La tiranía de la mayoría exige una
conducta conformista. Sostener en un asunto importante una opinión contraria a
la establecida no solo es imprudente o inútil, es casi deshumanizador. La
tiranía mayoritaria sobre los espíritus de quienes sostienen una opinión
contraria y mejor fundamentada hace que la disposición de la democracia a la
mediocridad sea absoluta[10]”..
Por lo anterior este documento insiste en la
necesidad de explorar a través de diferentes medios y enfoques las
posibilidades de que la sociedad civil dialogue frente al conflicto armado, lo
analice, lo comprenda y lo problematice
para construir soluciones consistentes a
las realidades locales y regionales, a la vez que se estudian las condiciones
geográficas, socioculturales de diferentes actores y escenarios en los que se
ha desenvuelto el conflicto armado en Colombia.
5.
Conclusiones
Más que concluir, es adecuado hacer unas
reflexiones finales frente la necesidad de repensarse la sociedad civil y sus
roles en un contexto de búsqueda de la paz, partiendo del reconocimiento que la
guerra ha sido nuestro entorno inmediato y el escenario de construcción de
nuestra relaciones y valores sociales, la guerra nos ha vuelto indiferentes al
dolor, ha hecho de la muerte algo cotidiano, de la violencia algo tolerable, de
la injusticia y la desigualdad algo común, la guerra se ha convertido en una
justificación para permitir que pasen cosas aún más atroces, la guerra se ha
convertido en nuestro camino inmediato y ha hecho de la paz un motivo y un fin inalcanzable.
Por consecuencia solo conocemos la guerra y
sus medios, y debemos hacer conciencia de ello, una prueba de esto es que “la
diferencia” que es respetada en la paz, es lo más intolerable en la guerra.
Como sociedad civil debemos ser capaces de
repensarnos la paz, aun cuando vivamos el conflicto, solo así avanzaremos como
sociedad…
6.
Bibliografía
1. Cortina, A. "Sociedad
civil", en Diez palabras clave en Filosofía Política, p. 376.
2. Víctor Pérez Díaz: El retorno de la
sociedad civil. Alianza, Madrid, 1993, p. 77.
3. Revista mexicana de ciencias políticas
y sociales, 1996 “La teoría de la acción comunicativa de Jürgen Habermas: tres
complejos temáticos, Blanca Solares,
4.
[1] Aparte tomado de la revista de
Economía Institucional, Crimen e Impunidad, precisiones sobre la Violencia de Mauricio Rubio, vol.1 no.1 TM Editores, CEDE,
Bogotá,
1999
5.
Revista de Economía Institucional, Crimen e
Impunidad, precisiones sobre la Violencia memoria de Jesús Alberto Bejarano por
Mauricio Rubio, vol.1 no.1 TM Editores, CEDE, Bogotá, 1999
6. Registraduría
Nacional del Estado Civil,
7.
Mair,
P. (2007). Gobernar el vacío. New Left Review, 142(1), 22-46.
8.
Tocqueville, A. (2007). La democracia en
América (Vol. 133). Ediciones AKAL.
[1] Cortina, A. "Sociedad civil", en Diez
palabras clave en Filosofía Política, p. 376.
[2] Víctor Pérez-Díaz (Madrid, 1938) es Doctor en
Sociología por la Universidad de Harvard, y Doctor en Derecho y Doctor en
Ciencias Políticas por la Universidad Complutense de Madrid. Es miembro de la
American Academy of Arts and Sciences, con sede en Cambridge.
[3] Víctor Pérez Díaz: El retorno de la sociedad civil.
Alianza, Madrid, 1993, p. 77.
[4] Víctor Pérez Díaz: El retorno de la sociedad civil, p.
78.
[5]
Tomado de la revista: Revista mexicana de ciencias políticas y sociales, 1996 “La
teoría de la acción comunicativa de Jürgen Habermas: tres complejos temáticos,
Blanca Solares, Pag 10
[6]
Aparte tomado de la revista de Economía Institucional, Crimen e Impunidad,
precisiones sobre la Violencia de Mauricio Rubio, vol.1 no.1 TM Editores, CEDE, Bogotá, 1999
[7]
Ideas del autor.
[8] Mair,
P. (2007). Gobernar el vacío. New Left Review, 142(1), 22-46.
[9]
Rafael Gutiérrez Girardot, Colección, Asoprudea, No. Siete, (2011) la
encrucijada universitaria Pag 71
[10]
De Tocqueville, A. (2007). La democracia en América (Vol. 133). Ediciones AKAL.